Retribución flexible: ¿Cómo hacer un plan?
19 Agosto 2017
Gracias al plan de retribución flexible, los empleados obtienen ventajas fiscales y las empresas consiguen aumentar el poder adquisitivo de los trabajadores sin incrementar el gasto en personal de la empresa.
La retribución flexible en un tema del que se ha venido hablando mucho en los últimos años como un modelo beneficioso para las empresas y sus empleados. Sin duda, se trata de una relación win-win en la que, concretamente, se intercambia salario efectivo por productos o servicios que la empresa pone a disposición del empleado, y que van desde cheques restaurante o guardería hasta tarjetas de transporte, por poner sólo unos ejemplos.
Además de las ventajas que supone la retribución flexible (mejoras fiscales, conciliación de la vida laboral y profesional, mejor gestión del tiempo libre…), es hora de plantearse cómo poner en marcha un plan para su implantación. Porque puede darse el caso de que una mala planificación consiga una desaprobación general por parte del personal, a pesar de tratarse de una medida beneficiosa.
Cómo poner en marcha un plan de retribución flexible
En primer lugar, una empresa que desee incentivar a sus trabajadores con la retribución flexible, ha de tener en cuenta en todo momento que éstos son los máximos beneficiados, de modo que la comunicación tiene que ser lo más fluida posible.
- 1. Evaluación de las necesidades: La empresa debe estudiar lo que sus empleados necesitan de cara a delimitar unos parámetros que le permitan preparar el plan lo más ajustado a la idiosincrasia de la propia organización. Aunque resulte un ejemplo muy obvio, si los empleados tienen hijos pequeños (o están en una edad próxima a tenerlos), tendrá sentido ofrecer el servicio de cheque guardería.
- 2. Comunicación a los empleados: Dado que son los máximos beneficiarios del plan, es aconsejable una adecuada comunicación en la que se expongan las ventajas de contar con este tipo de servicios. Para ello se pueden organizar cursos, talleres, presentaciones e incluso webinars, todo ello con el objetivo de que conozcan los pormenores de un factor que les mejorará las condiciones. Un buen ejemplo de ello es mostrarles que tendrán un ahorro considerable, puesto que pagarán menos impuestos (el IRPF será menor). Además, eso no afectará a la base de cotización de la seguridad social, por lo que su derechos no se alterarán lo más mínimo (jubilación, plus de antigüedad, bajas…).
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- 3. Simulación: Una vez que se ha comunicado a la plantilla la disponibilidad de un plan de retribución flexible, los empleados deben tener la posibilidad de simular (con sus propios datos) los productos que pueden obtener. De este modo, la empresa contará con una buena guía para contratar lo que más se ajuste a la realidad.
- 4. Contratación y puesta en marcha: Los empleados firman un anexo al contrato de trabajo. Cabe señalar en este punto que el pago en especie no puede superar el 30% del salario bruto.
Precisamente, algunos límites son los siguientes:
- En cheques restaurante, el máximo que se puede percibir es de 2.420 euros anuales (once euros diarios hasta un total de 220 días al año)
- En tarjeta transporte, está financiada hasta 136,36 euros mensuales
- En guardería no hay límite en el importe
- En un seguro de salud, cubriendo a toda la familia, el tope está en 500 euros por persona al año.
Como puede observarse, apostar por un plan de retribución flexible, además de ser sencillo para cualquier empresa –sea del tamaño que sea–, conlleva múltiples ventajas tanto para empleados (servicios que mejoran la conciliación, ahorro…), como para organización (mejora de la calidad de vida de sus trabajadores, mayor compromiso, mayor productividad, mejoras fiscales…).